Cumbre contra el discurso del odio en Ginebra

Acciones: Silk Planet

Este lunes 29 de abril de 2019 comenzó en la sede de la ONU en Ginebra una cumbre para contrarrestar el discurso del odio, en la que participó Adama Dieng.

El funcionario de la ONU advirtió sobre el “resurgimiento” de los grupos y partidos ultranacionalistas y advirtió que “legitimaban sus violaciones” al presentar a las minorías como una amenaza a su cultura e identidad.

“Estos grupos están difundiendo su lenguaje incendiario en el discurso político dominante. Lo vemos en demasiados países”, dijo en el evento organizado juntamente con la Asociación Internacional para la Defensa de la Libertad Religiosa (AIDLR). “Necesitamos detener de forma colectiva y activa estas dinámicas y contrarrestarlas con mensajes de apertura e inclusión”, agregó.

Hace poco más de una semana, un ataque terrorista en iglesias y hoteles en Sri Lanka se cobró cientos de vidas, mientras que en Nueva Zelanda el 15 de marzo, un extremista y supremacista blanco mató a tiros a 50 musulmanes dentro de varias mezquitas.

El mes pasado, Dieng también expresó su preocupación por la espiral de violencia entre las comunidades en el centro de Mali, que se cobró la vida de 134 aldeanos en un solo ataque, incluidos mujeres y niños.

“A menos que estas preocupaciones se aborden de inmediato, existe un alto riesgo de una mayor escalada de la situación en la que se pueden cometer delitos atroces”, dijo Dieng en un comunicado.

Por su parte Michael Møller, director general de la ONU en Ginebra dijo a los participantes en la Segunda Cumbre Mundial sobre Religión por la Paz y la Seguridad que el discurso del odio se estaba “extendiendo como la pólvora a través de las redes sociales”.

“Es una amenaza para nuestros valores, para la estabilidad social, para la paz misma. Y tal discurso del odio es a su vez el caldo de cultivo para el mal insondable. Ante tales eventos horribles es crucial recordar que la mayoría de las personas muestran “comprensión, amabilidad, justicia y reconciliación”, insistió Møller.