La seda, un lujo sobre la piel y una fibra esencial para la cosmética y la medicina

La seda, un hilo vinculado al lujo, lleno de historias y leyendas sobre su origen, de una suavidad exquisita, pero también con una resistencia de titanes, continúa siendo objeto de análisis hasta el punto de hacer de ella una fibra básica en la medicina.

Textil refinado

Durante siglos, la seda ha sido sinónimo de refinamiento y riqueza, se ha usado como moneda de cambio, un textil delicado, de extrema suavidad, que sigue siendo protagonista de los mejores diseños y que merece una exposición, «La Seda. Del origen al futuro por la Ruta de la Seda», que se ha presentado esta mañana en la Real Fábrica de Tapices de Madrid.

Diseños de Balenciaga, de Agatha Ruíz de la Prada o textiles de decoración de firmas como Gancedo o Gastón y Daniela son algunas de las piezas que se pueden contemplar en un recorrido en el que no falta el mantón de Manila o la túnica y cíngulo de la imagen de Jesús del Gran Poder de Sevilla, bordado en oro sobre terciopelo, que ha requerido furgón blindado y escoltas en su traslado.

La seda «es un producto cien por cien español. En nuestro caso, la moreras llegaron del sur», dice Enrique Gaspar

«Se nos olvida que la seda, además de estar vinculada a la indumentaria de cualquier persona también lo está a la Iglesia a la judicatura o a las fiestas tradicionales», indica Enrique Gaspar Rodríguez, comisario de la exposición y vicepresidente del Instituto de la Seda de España y muestra cómo la tradición en la costura se mantiene en los trajes de fallera de Valencia.

Seda y sostenibilidad

Gaspar asegura que la seda «es un producto cien por cien español. En nuestro caso, la moreras llegaron del sur», cuando los árabes las plantaron en la península. Desde su origen, a la perspectiva de desarrollo sostenible de la agenda 2030 de Naciones Unidas, la exposición desarrolla un viaje tejido en el tiempo.

«Se nos olvida que la seda, además de estar vinculada a la indumentaria de cualquier persona también lo está a la Iglesia a la judicatura o a las fiestas tradicionales», indica Enrique Gaspar Rodríguez

Sin embargo, la decepción se dibuja en el rostro de este experto cuando hace referencia al apoyo institucional y al relevo generacional.

«Hay pocos artesanos que conozcan el oficio y con esta exposición pretendemos recuperar territorio donde se trabaja con la seda y la actividad», explica Gaspar, quien recuerda que gracias al buen hacer de artesanos españoles se están restaurando tapices de gran valor de Bélgica o Francia.

Desde cómo se gesta un gusano, pasando por la llegada de la seda a España y Europa y cómo se crean las Reales Fábricas, «con el apoyo de la corona», hasta cómo hoy la seda ha pasado a ser un elemento imprescindible en la ciencia y el futuro, la exposición permite comprobar la evolución de un material valioso en todos los sentidos.

La industria de la cosmética se «beneficia» de las proteínas de la seda por sus efectos hidratantes y cicatrizantes y la medicina se aprovecha de un material que acompaña muchos avances científicos relacionados, por ejemplo, con las células madre para las que «la seda se ha convertido en el mejor soporte», apunta Enrique Gaspar.

«La fibroína, una de las proteínas de la seda, se ha reconocido como uno de los biomateriales más utilizados en la medicina regenerativa», añade Gaspar, que reclama las nuevas rutas de la seda como «rutas de la paz».

La nueva ruta de la seda relaciona océanos, regiones, continentes y «requiere la cooperación e infraestructuras en el comercio», hacer de ella una «ruta de paz es el objetivo que se ha marcado el instituto Seda España», un empeño en el que está embarcado Enrique Gaspar que significa «un mayor bienestar para las poblaciones» por las que transcurre.

 Alejandor Klecker, director general de la Real Fábrica de Tapices, ha reseñado entre históricos tapices, agujas y telares que «ante el mundo de la robotización salvaje, nos encontramos frente una industria milenaria y artesanal» que se actualiza, se reconvierte, pero que «necesita apoyos».

 

EFE