Muere Jorge Sampaio, el último socialista que presidió la República de Portugal

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El también ex-alcalde de Lisboa, que a los 81 años seguía volcado en la ayuda en crisis humanas, fue el precursor de las alianzas políticas de la izquierda.

Se implicó a fondo como Alto Representante de la ONU en la Alianza de Civilizaciones, promovida por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder turco Recep Tayyip Erdogan como alternativa al belicismo estadounidense tras el 11-S.

El presidente portugués Jorge Sampaio, en 2004 ANTONIO COTRIM / EFE

TEREIXA CONSTENLA

Lisboa – 10 SEPT 2021 – 11:44 CEST

Jorge Sampaio, el último socialista que ocupó la presidencia de la República en Portugal (1996-2006), ha fallecido este viernes a los 81 años en el hospital de Santa Cruz, en Carnaxide, donde estaba ingresado desde finales de agosto debido a una insuficiencia respiratoria. El político se encontraba de vacaciones en el Algarve, cuando tuvo que ser trasladado al centro sanitario. Retirado de la gestión política portuguesa, seguía muy activo en el ámbito internacional y volcado en ayudar en las múltiples crisis humanas que estallaban tras diferentes fracasos políticos. La prueba de ello fue el último artículo que escribió, publicado el pasado 26 de agosto en el diario Público, tras la conquista de Afganistán por los talibanes, donde anunciaba un programa de becas de estudio para jóvenes afganas a través de la organización que presidía, la Plataforma Global para Estudiantes Sirios, fundada en 2013 para ayudar a adolescentes que sufren el conflicto en Siria a trasladarse a Portugal. Nacido en Lisboa en 1939, estaba casado con Maria José Ritta y tenía dos hijos, Vera y André.

Sampaio, uno de los dirigentes estudiantiles en la crisis universitaria de 1962, fue también alcalde de Lisboa y secretario general del Partido Socialista (1989-1992). Gran buscador de consensos, tampoco fue hombre de miedos. Su pacto con las formaciones situadas a la izquierda de los socialistas para gobernar en la Cámara (Ayuntamiento) de Lisboa rompió un tabú político, que luego retomaría el actual primer ministro, António Costa, al pactar en su primera etapa de gobierno con el Bloco de Esquerdas, el Partido Comunista y los ecologistas de Os Verdes. Una alianza bautizada de forma despectiva como “gerigonça”, que sin embargo gozaría de suficiente estabilidad política para sacar adelante presupuestos y medidas de apoyo social tras la Gran Recesión. Sampaio pactó en 1988 el gobierno municipal de Lisboa con la CDU, una coalición que entonces integraba al Partido Comunista Portugués y el Partido Ecologista Los Verdes. “Posicionarme es algo que siempre he hecho. Quien lo hace, le cueste lo que le cueste, escoge y no renuncia”, declaraba en una antigua entrevista con la periodista Maria João Avillez en la RTP, la televisión pública portuguesa.

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Era un firme defensor de la cooperación multilateral, del diálogo y de “la diplomacia preventiva”, como él mismo la definía. Se implicó a fondo como Alto Representante de la ONU en la Alianza de Civilizaciones, promovida por el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero y el líder turco Recep Tayyip Erdogan como alternativa al belicismo estadounidense tras el 11-S. “Lamentablemente a pesar de la bondad de sus fundamentos y de su agenda ambiciosa, esta iniciativa nunca contó con los medios humanos y financieros que necesitaba para desarrollar su misión”, escribía en su último artículo, titulado de forma simbólica, “Deber de solidaridad”. En su etapa en la Jefatura del Estado de Portugal, tuvo también un papel destacado en la resolución de la crisis en Timor Este y fue el primer mandatario internacional que visitó el país, en 2002, tras su independencia.

Antes de volcarse en la diplomacia exterior, Sampaio ocupó durante dos mandatos la Presidencia de la República portuguesa. Fue el último socialista que asumió el cargo. A partir de 2006 le sucederían Aníbal Cavaco Silva y Marcelo Rebelo de Sousa, del Partido Social Demócrata (centro derecha). Su etapa presidencial no resultó fácil por la convivencia con gobiernos debilitados por sus minorías parlamentarias o por la salida de sus responsables a mitad de legislatura, como fue el caso del socialista António Guterres y del conservador José Manuel Durão Barroso, que renunció para presidir la Comisión Europea a partir de 2004.

Jorge Sampaio sintió un precoz compromiso político, alimentado tal vez por las características de sus padres, una profesora de inglés y un médico volcado en la defensa de la sanidad pública. Su activismo comenzó durante la dictadura, a finales de los cincuenta, mientras estudiaba en la Facultad de Derecho de Lisboa, donde presidió la asociación de estudiantes. “Sentíamos que era necesario hacer algo para cambiar todo aquello. Estoy agradecido a la experiencia que eso me dio y a la cualidad que nos dio a todos: la capacidad de cuestionar el futuro y querer mejorar siempre”, declaró en la entrevista de la RTP. Antes de afiliarse al Partido Socialista en 1978, fundó varias organizaciones de izquierdas como el Movimento de Ação Revolucionária o Intervenção Socialista.