La inmensa China tiene una imagen asociada a los paisajes subtropicales en los que los arrozales escalan las laderas y la población vive un ambiente permanentemente regado por las lluvias. Sin embargo, el territorio es tan extenso que da para parajes completamente opuestos. Por ejemplo, el del desierto de Gurbantünggüt.
No es uno de los mayores eriales (unos 50.000 km2, la misma superficie que Costa Rica o Eslovaquia), pero tiene una peculiaridad que lo hace único: es el polo de inaccesibilidad del planeta. Ello quiere decir que es el territorio que se halla a mayor distancia del mar. La playa más cercana está a 2.600 kilómetros. Lógicamente, también ostenta el mismo título, pero del continente euroasiático. Este dato geográfico lo establecieron en 1986 los exploradores británicos Nicholas y Richard Crane, en concreto en las coordenadas geográficas 46º 16.8’N 86º 40.2’E.
El desierto de Gurbantünggüt está escasamente poblado. No es un mar de dunas espectaculares y tierras abrasadas, como su vecino más ilustre, el Takla Makán, sino que se trata de un lugar relativamente templado, en el que las humedades que provoca el rocío de cada jornada favorecen la aparición de una serie de líquenes que son los que fijan la arenas en pequeños montículos.
Por el mismo motivo, es relativamente rico en vegetación –aunque esta siempre sea rastrera o achaparrada, espinosa y poco dada a crecer en vertical para evitar el fuerte viento reinante–, aun cuando se observa que generalmente sólo llueve una vez al año.
En el Gurbantünggüt se han avistado gacelas mongolas y asnos salvajes asiáticos, así como aves rapaces y carroñeras, pero estas pueden ser no residentes y desplazadas desde lugares más amables para la vida. Para acceder a este desierto que se halla en la regiónchina de Xinjiang lo mejor es acudir a la ciudad de Urumqi, que se halla en su extremo meridional.
Es una metrópolis de más de tres millones de habitantes que en los últimos años ha aparecido en los medios de comunicación por ser el principal foco de conflicto entre la nativa etnia uigur –musulmana– y la población han que la administración central ha “importado” para acallar las pretensiones nacionalistas turquestaníes.
La propia ciudad de Urumqi es la puerta de entrada al otro desierto que se halla cercano, al sur de esta población. Se trata del temibleTakla Makán, cuyo nombre significa “quien entra, no sale”, este sí un abrasador territorio que tiene en común con el Gurbantünggüt poseer yacimientos petrolíferos cuya explotación está mal vista tanto por los ambientalistas como por los uigures originarios de la zona.
Los desiertos de Gurbantünggüt y Takla Makán, tras haber sido temerosamente orillados por los caravaneros de la Ruta de la Seda durante siglos, se pueden cruzar actualmente por una carretera central. Pero, eso sí, mejor no tener una avería allí o quedarse sin agua potable, pues no hay a quien recurrir.