Cómo un poeta afgano se convirtió en un símbolo uzbeko en La RUTA DE LA SEDA
Traducción publicada el 28/02/2021 6:00 GMT
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Estación de metro Alisher Navoiy en Taskent, decorada con motivos que evocan la cultura del poeta del siglo XV. Foto de Filip Noubel, utilizada con autorización.
El 9 de febrero se cumplen 580 años del nacimiento de Alisher Navoiy, poeta, lingüista y pensador del siglo XV que ha desempeñado un papel fundamental en el proceso de construcción nacional de Uzbekistán.
El concepto de nación es relativamente reciente en Asia Central, región que durante siglos se articuló más en torno a la religión, los centros urbanos importantes y el idioma. La gente se definía como suní, chiíta, judía, o como procedente de las zonas que gravitaban alrededor de ciudades destacadas como Bujara, Samarcanda, Kokand, Gulja o Kasgar, que concentraban el poder político y militar local.
En Asia Central, zona de gran heterogeneidad lingüística, coexisten dos grandes familias de lenguas: la persa y la túrquica.
Las lenguas túrquicas cuentan con cientos de palabras de origen persa, el idioma de la corte, la literatura y la filosofía. Actualmente muchos habitantes de Asia Central hablan con la misma fluidez tayiko o darí, que pertenecen al grupo de lenguas iranias, o uzbeko, turcomano o kirguiso, por ejemplo.El árabe también desempeñó un papel clave en la religión, la educación y el conocimiento, mientras que el ruso hizo su aparición en el siglo XIX como idioma colonial.
Por su parte, las lenguas túrquicas dieron lugar con el tiempo a diferentes idiomas modernos, denominados hoy en día karakalpako, kazajo, kirguiso, tártaro, turcomano, uigur o uzbeko, y todos compartían un mismo idioma literario: el چغتای o chagatai, escrito en alfabeto árabe y usado entre los siglos XV y XX.
Navoiy como símbolo de la lengua uzbeka
Alisher Navoiy fue un poeta y pensador a quien se recuerda en Uzbekistán sobre todo por su defensa del uso del chagatai, que es la base del uzbeko moderno, tanto literario como coloquial. Como era habitual en Asia Central, la vida de Navoiy transcurrió entre distintas regiones, culturas e idiomas. Nació en 1441 en Herat (actual Afganistán), estudió en Mashad (ciudad de Irán) y Samarcanda (situada en Uzbekistán), y murió en Herat, donde está enterrado. Sabía de muchas disciplinas, construyó edificios, trabajó con los políticos locales y escribió en tres idiomas (chagatai, persa y árabe), sobre todo poesía. Una de sus obras más conocidas es el Muhakamat al-Lughatayn (La prueba de las dos lenguas), tratado que compara el persa y el chagatai, y determina la superioridad de este último.
En aquella época, una afirmación así era poco frecuente, por decir lo menos, dado el prestigio del persa y la relativa escasez de textos escritos en chagatai. Por ese motivo en el mundo túrquico, especialmente en Uzbekistán, se considera que Navoiy es el padre de la literatura uzbeka. Su seudónimo proviene de la palabra navo (‘melodía’), ideal poético que se refleja en sus gazales, poemas árabes breves inspirados en buena medida en la imaginería sufí. Entre sus obras más famosas se encuentran Xamsa (El quíntuplo), colección de cinco poemas épicos que incluye historias de amor de culto como Farhad y Shirin o Layli y Majnun, y el Lison ut-Tayr (El idioma de los pájaros). También redactó tratados para ayudar a otros poetas a escribir en chagatai y adoptar el patrimonio cultural túrquico.
Алишер Навои (Alisher Navoiy), película soviética de 1947 del director tayiko Kamil Yarmatov disponible en uzbeko y en ruso, presenta a Navoiy como una figura fundamental en el proceso de construcción nacional de una identidad soviética y uzbeka a la vez. Esta obra, objeto de culto en la Unión Soviética, incluye una parte, en el minuto 21, en que Navoiy defiende la importancia de un “idioma túrquico que puede unir a la gente”:
¿A quién le pertenece Navoiy en el Uzbekistán actual?
#navoiyiftixorim Vídeo
Una de las prioridades de las autoridades uzbekas desde la muerte de Islam Karimov, que gobernó con mano dura desde finales del periodo soviético hasta 2016, ha sido cambiar la imagen del país y destacar el potencial turístico de la Ruta de la Seda. El actual presidente, Shavkat Mirziyoyev, pone mucho énfasis en el uso de símbolos culturales para presentar a su país como un destino turístico y de negocios atractivo. Por eso se le ha prestado especial atención a la celebración de los 580 años del nacimiento de Navoiy, con actividades dentro y fuera del país. El poeta ya está muy presente, con estatuas, calles, una universidad, una beca, una estación de metro y un teatro con su nombre en la capital, Taskent, así como innumerables libros y un lugar en el currículo escolar. Este video, que lleva la etiqueta #NavoiyIftiXorim en uzbeko [Navoiy, mi orgullo], muestra imágenes de lugares y monumentos importantes relacionados con el poeta, acompañadas por una lectura de sus poesías:
Son celebraciones oficiales, muy controladas por el Gobierno, como en la época soviética, y hay quien pide más diversidad en las conmemoraciones en honor de Navoiy.
A’zam Obidov, poeta, traductor literario y activista cultural que vive en Taskent y fundó Uzbekistan’s Literature and Art Bridge (Puente Literario y Artístico de Uzbekistán), declaró a Global Voices:
En Uzbekistán no hay pequeños festivales internacionales de poesía, o escritores. Mis numerosas llamadas a la creación de un Instituto Navoiy en el extranjero no han tenido eco. No hay colaboración público-privada en el rubro de las artes, la cultura y la literatura. Para que esos ámbitos se desarrollen, deben ser independientes, estar totalmente al margen del Estado, como en Europa y Estados Unidos. Para ello, también necesitamos leyes normales; por ejemplo, que el apoyo de las artes o la literatura por parte de un empresario, un filántropo o una organización conlleve automáticamente un beneficio fiscal.
Buena parte de la obra de Navoiy se ha traducido al ruso, pero hay pocas traducciones al inglés, se lamenta Obidov, que pide más fondos y más atención a este tema por parte del Gobierno. Mientras, él mismo ha hecho algunas traducciones que muestran la sofisticación y la complejidad del lenguaje y la imaginería de Navoiy. Espera que otros traductores encuentren así inspiración para trasladar la obra de Navoiy a sus propios idiomas.