José Manuel Sanz
Pekín, 2 nov (EFE).- El Gobierno chino ha extendido a todo el mundo su invitación a participar en las nuevas rutas de la seda, su multimillonaria iniciativa de comercio e inversiones lanzada hace ahora cinco años por el presidente Xi Jinping.
«No es un grupo cerrado, sino una familia que está abierta a todos», aseguró hoy Huang Kunming, miembro del buró político del Partido Comunista de China, refiriéndose a la iniciativa conocida como ‘Franja y Ruta de la Seda’.
En un encuentro con medios de comunicación internacionales celebrado en el Gran Salón del Pueblo, sede de la Asamblea Nacional, Huang calificó este gigantesco programa de «solución china a los problemas de desarrollo» global, pero subrayó que «está abierto a todos».
«Es una sinfonía, no un solo», insistió este destacado responsable político, que ejerce también como jefe del departamento de propaganda del Partido Comunista Chino.
«No se trata de cómo compartir la tarta, sino de contribuir entre todos a hacer la tarta», puntualizó.
Según sus datos, más de un centenar de países y organizaciones internacionales han suscrito ya acuerdos con la República Popular bajo la iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda, cuya utilidad ha sido reconocida por las Naciones Unidas.
El vasto programa de cooperación, del que se cumple ahora un lustro, ha canalizado millonarias inversiones chinas, fundamentalmente en infraestructuras, hacia los países que estuvieron en su día conectados por las rutas terrestre y marítima del comercio de la seda entre Europa y el extremo oriente.
A través de él, la República Popular está dando salida a las enormes capacidades técnicas e industriales que han desarrollado sus empresas y ejerce influencia política en un vasto espacio que se extiende hasta África, lo que ha levantado suspicacias en otras potencias.
Pero en el contexto actual, marcado por un creciente proteccionismo económico, el Gobierno chino ha insistido esta semana en que su finalidad es la cooperación internacional, el respeto a las reglas y la promoción del libre comercio.
En su reunión con el grupo de periodistas -que fueron invitados al país para participar en un foro internacional de comunicación-, Huang destacó además el «pragmatismo» de la propuesta china, su «complementariedad» con otros planes de cooperación y su carácter «mutuamente beneficioso» y «pacífico».
China, arguyó, «no persigue juegos de suma cero», y trata de combinar «experiencias históricas con realismo».
La idea de la Franja y la Ruta de la Seda nació, según dijo, de los minuciosos estudios realizados a raíz de la crisis financiera que azotó a los países asiáticos a finales de la década de 1990.
«Tenemos que aprender unos de otros; y China también», comentó en otro momento.
El país en vías de desarrollo mayor del mundo, y el más poblado, recuerda insistentemente que no rehuye su responsabilidad global.
«China está haciendo contribuciones que benefician a todo el planeta, no solo a su población», aseguró este responsable comunista y recordó las medidas de ahorro energético, sus compromisos de reducción de gases causantes del calentamiento global y sus reformas económicas.
También mencionó de manera destacada sus resultados en la lucha contra la pobreza. «El 70 por ciento de la reducción de la pobreza en el mundo corresponde a China», afirmó.
Así, el balance de la apertura y de las reformas emprendidas hace ahora cuarenta años por el Partido Comunista Chino no podía ser más positivo, según Huang.
El programa iniciado con Deng Xiaping «ha cambiado el rostro de China», un país atrasado que ha llegado a convertirse en la segunda economía mundial y que ha multiplicado más de diez veces su renta per capita.
«Vamos a seguir adelante. Tenemos que abrir nuestra puerta aún más, porque sirve al desarrollo no solo de China, sino del mundo», sentenció Huang. EFE