En la ruta de la seda de Lyon

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El museo Brochier

Es un lugar cargado de historia que ha abierto sus puertas en Lyon (Ródano): un museo dedicado a la seda, especialidad emblemática de la ciudad, ya sus famosos canuts, los tejedores de seda. La casa Brochier ha querido contar su larga historia, que comenzó en 1890, en este nuevo espacio abierto dentro del Grand Hôtel-Dieu.

Cuatro generaciones se han sucedido al frente de la empresa, ahora dirigida por Cédric Brochier. El saber hacer se mantuvo sin cambios. La empresa de seda artesanal, que emplea a veinte personas en su taller situado al pie de las pistas de La Croix-Rousse, sigue utilizando la técnica del tejido jacquard para la producción de tejidos de seda de moda para la alta costura, pero también de corbatas y bufandas.

En el museo, la casa Brochier presenta creaciones hechas para los más grandes: Dior, Givenchy, Lacroix. También cuenta cómo colaboró ​​con artistas icónicos como Miró, Calder, Chagall, etc. “Antes, toda la producción se hacía en Lyon. Así fue como Yves Saint-Laurent llegó a nosotros. Quería una tela similar al oro”, dice Laura Liotard, empleada de Brochier.

Este famoso tejido, desde entonces apodado “el lamé del poeta”, se presenta así a los visitantes que también pueden admirar una docena de vestidos de alta costura y descubrir un telar en funcionamiento. “Para hacer un pañuelo de seda utilizamos la técnica de la serigrafía que permite una superposición de colores”, explica Laura Liotard. Es este saber hacer el que se muestra y asombra a los clientes según la joven: “La gente está apegada a la marca. ¡La tradición de Lyon es que las abuelas lleven a sus nietas a comprar su primera bufanda en Brochier!