Los brotes verdes más fuertes que afloran junto a China e India

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Hubo un tiempo en que el Galeón de Manila surcaba el Pacífico entre Filipinas y Acapulco, en la costa occidental de México, varias veces al año. La ruta descubierta por Ur-daneta recorría el camino más corto en la época, para que las especias y la seda de las Indias Orientales alcanzasen España vía Veracruz.

La experiencia colonial española llegó a su fin en 1898 y durante años la presencia de nuestro país en el Sudeste asiático fue bastante residual. Poco más de un siglo después, la región vuelve a proveer al mundo de materias primas y bienes de consumo, convirtiéndose en una de las zonas del planeta en las que más crece el producto interior bruto (PIB) en los alrededores de China. En años de menor crecimiento en Europa, los inversores españoles harían bien en mirar a Oriente. Son numerosos los fondos de inversión que ofrecen productos en países como Malasia, Taiwán y Vietnam, entre otros.

China e India son dos de las mayores economías del mundo, aunque la primera está mucho más desarrollada que la segunda, como demuestra que su riqueza ascendió hasta los 12,2 billones de dólares en 2017 frente a los 2,6 billones de India -más concentrada en su crecimiento interior-, según datos recogidos por el Banco Mundial.

A izquierda y derecha de ambos existen agrupaciones de países con características similares -en algunos casos con vínculos históricos- que conforman núcleos de crecimiento del PIB que empieza a mostrar indicios de pujanza frente al dominio tradicional de Europa y Estados Unidos, que es aún la primera potencia mundial en términos de producción de riqueza con 19,4 billones de dólares.

El Lejano Oriente

Entre el Golfo de Bengala, el Mar de Filipinas y el de Java se extiende una región de 17 países con un PIB conjunto de 5 billones de dólares. Son los diez países Asean, por la asociación de naciones del sudeste asiático (Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Tailandia, Singapur y Vietnam), más siete países: Bangladés, Bután, Corea del Sur, Hong Kong, Macao, Nepal y Sri Lanka. Desde 2007, la riqueza de este grupo de países ha aumentado un 80 por ciento, desde los 2,8 billones de dólares.

«Hay muchos países de esa zona que dependen de las exportaciones a China, pero actúan más bien como una cadena de producción», algo así como partes de un mismo engranaje, subraya José Luis Álvarez, profesor de economía en la Universidad de Navarra, en una zona en la que el gigante chino extiende vías y vías de ferrocarril, construye puertos e instalaciones logísticas para la Nueva Ruta de la Seda, la iniciativa One Belt One Road.

Las economías del gas y el petróleo

Al otro lado del río Indo, en el continente euroasiático, se esparce hacia Europa una región en la que el crecimiento de la riqueza también se ha incrementado un 60 por ciento entre 2007 y 2017, hasta acumular 6,5 billones de dólares entre los 27 países que forman este vasto territorio -son los países de Oriente Medio, el Cáucaso y Asia Central (Mecca, en sus siglas en inglés): un grupo heterogéneo compuesto por antiguos territorios soviéticos, como Azerbayán y Kazajstán; las monarquías del Golfo Pérsico más Egipto, Turquía, Irán e Israel, y un grupo de países fronterizos a China e India, como Pakistán, Mongolia y Rusia.

«Aunque Rusia es una entidad en sí misma y más conectada con Europa y la antigua URSS», señala el profesor Álvarez, la mayoría de los países mencionados comparten que su economía se basa en la exportación de energía y carecen de tejido industrial. Ambos conjuntos de países, Asean y Mecca, suman un PIB de más de 11 billones de dólares, casi como el de China.

El inversor que quiera destinar sus ahorros al rápido crecimiento de estas regiones del mundo cuenta con 31 fondos de inversión para el conjunto de naciones Asean más siete países, aunque no todos invierten en todos los países. Los productos más destacados, que reciben cinco estrellas Morningstar y una rentabilidad anualizada a tres años positiva, son el Comgest Growth Asia Pac sin Japón Acc, con una inversión mínima de 50 dólares, que renta un 17,8 por ciento, y una exposición del 4,05 por ciento a Malasia y un 13,92 por ciento a Corea del Sur. También, el Global Access Asia Pac sin Japón B, que gana un 15,83 por ciento, tiene el inconveniente de una entrada de 400.000 euros y unas posiciones más diversificadas en Singapur, y Tailandia. En el otro lado, Turquía es el país con más acceso al inversor español. El fondo HSBC GIF Turkey Equity BC tiene una rentabilidad anualizada a tres años del 0,81 por ciento, con una inversión mínima de 5.000 euros, según datos de Morningstar.