Por Guillermo Carvajal 12 de Mayo 2020
Hasta finales del siglo XVI todos los mapas chinos identificaban con el exónimo Da Qin a la ciudad de Roma. Un exónimo, como ya explicamos hace tiempo, es el término con que los hablantes de un idioma se refieren a un lugar que se encuentra fuera de su ámbito. Un ejemplo claro sería el término Londres, que es como los castellano-hablantes denominamos al lugar que sus propios habitantes anglo-parlantes llaman London. Londres es por tanto uno de los muchos exónimos de la capital británica. Pero originariamente el término designaba no solo a la ciudad sino a todo el Imperio Romano.
El significado literal de Da Qin es Gran China, donde Qin sería el nombre de la dinastía fundadora del primer imperio chino y de su primer emperador Qin Shi Huang, término del que deriva China. El prefijo Da (grande) resaltaría el poderío romano situándolo a la par que el del imperio Qin. Los romanos, por su parte, denominaban Serica (literalmente tierra de la seda, derivado del griego Serikon) a aquellas lejanas tierras.
Aunque los chinos nunca alcanzaron el Imperio Romano durante la antigüedad sí que existió un intento, la embajada enviada por el general Ban Chao con el objetivo de establecer relaciones diplomáticas. Según el Hou Hanshu (Libro de los últimos Han) compilado por el historiador Fan Ye en el siglo V d.C.:
En el noveno año de Yongyuan (97 d.C.), Ban Chao envió a su ayudante Gan Ying hasta la costa en el extremo del mar Occidental y regresó. Las antiguas generaciones nunca habían llegado a ninguno de estos sitios.
Gan Ying no llegó a Roma, sino que se detuvo al llegar al Golfo Pérsico en la frontera del imperio Parto, desanimado al conocer por los marineros partos que el viaje era peligroso y podía durar dos años. Pero allí pudo recabar probablemente información sobre aquel gran imperio lejano de occidente, y escribió, según ha quedado recogido en fuentes posteriores:
En cuanto al rey, no es una figura permanente sino que es elegido como el hombre más digno…La gente en este país es alta y con rasgos uniformes. Se parecen a los chinos, y por eso este país es llamado Da Qin…El suelo produce grandes cantidades de oro, playa y piedras preciosas, incluyendo la joya que brilla por la noche.
A su regreso informó a Ban Chao de que solo se podía llegar a Roma después de una peligrosísima travesía marítima (tal y como le habían dicho erróneamente los partos, a quienes no interesaba ser eliminados como intermediarios en la ruta de la seda), lo que llevó al general a concluir que no merecía la pena buscar aliados tan lejos y, por tanto, nunca más se volvió a enviar una embajada.
En caso de haber tenido éxito en su viaje, Gan Ying hubiera sido llevado ante el emperador Trajano en su primer año de reinado, desatando probablemente una cadena de acontecimientos muy diferente de la que realmente sucedió para ambas civilizaciones.
Curiosamente, Gan Ying habla de una manera ciertamente confusa acerca del uso de la seda en Roma, y reconoce que son los partos quienes bloquean el contacto de ambos grandes imperios:
También tienen una fina tela que algunos dicen que está hecha de plumón de ovejas de agua, pero que está hecha, de hecho, de capullos de gusanos de seda salvajes. Mezclan todo tipo de fragancias, y al hervir el jugo, hacen un perfume compuesto. Tienen todas las cosas preciosas y raras que provienen de varios reinos extranjeros. Hacen monedas de oro y plata. Diez monedas de plata valen una moneda de oro. Comercian con Anxi (Partia) y Tianzhu (Noroeste de la India) por mar. El margen de beneficio es de diez a uno. … El rey de este país siempre quiso enviar enviados a Han, pero Anxi (Partia), deseando controlar el comercio de sedas chinas multicolores, bloqueó la ruta para evitar que los romanos pasaran a China
Claro que el hecho de que Gan Ying fuera el primer enviado al Imperio Romano es lo que dicen las fuentes chinas tradicionales. Algunos investigadores sospechan que no lo fue, si tenemos en cuenta lo que narra el historiador Lucio Anneo Floro, que vivió a finales del siglo I d.C., en su obra Epitome de Tito Livio bellorum omnium annorum DCC.:
Incluso el resto de naciones que no habían caído bajo la autoridad de Roma, eran sensibles a su grandeza, y miraban con reverencia al pueblo romano que había conquistado tantas naciones. Los escitas y sármatas nos enviaron embajadores, deseando nuestra amistad. Los Seres, también, y los indios que viven bajo el mismo sol, viniendo con joyas y perlas, y trayendo también elefantes entre sus regalos, pensaron que demostraban su respeto a Augusto por nada más que la duración de su viaje, que habían tardado cuatro años en completar. La complexión de los hombres mostraba que venían de otro clima.Floro, Epitome II.34
Esos Seres a los que hace referencia Floro podrían ser nada menos que chinos. Recordemos, como dijimos al comienzo, que los romanos llamaban a China Serica. El historiador Henry Yule, que estudió el asunto sin poder hallar ninguna otra mención a los Seres en las fuentes romanas, especuló que lo más probable es que se tratase de comerciantes en lugar de diplomáticos, y de ahí que los historiadores chinos consideren el de Gan Ying como el primer intento de embajada oficial.
Hacia el año 618 d.C. la nueva dinastía Tang comenzó a utilizar un nuevo término para distinguir al Imperio Romano de Oriente (lo que los historiadores conocen como Imperio Bizantino): Fulin. Sobre su origen los expertos no se ponen de acuerdo.