Madrid, junio.
Se ha celebrado una reunión virtual de la fundación Mujeres por África con las diez primeras beneficiarias del proyecto F.U.E.R.T.E.S. (Femmes Unies Ensemble dans la Recherche, la Technologie, l´Environment et la Science).
Este proyecto de investigación y formación en temas de agricultura para científicas senegalesas de este ámbito se realiza en colaboración con la Universidad de Sine Saloum El-Hâdj Ibrahima NIASS USSEIN) de Senegal, la Fundación marroquí OCP y la universidad Politécnica Mohammed VI, en Marrakech, con gran especialización en las disciplinas agrícolas, donde las beneficiarias se formarán a partir de septiembre.
Las 10 beneficiarias de la primera cohorte del programa han participado en la videoconferencia, cuyo objetivo era recoger sus ideas y estudiar cómo el programa de formación puede adaptarse mejor a las necesidades creadas por la irrupción del coronavirus.
Las participantes son cinco profesoras e investigadoras senior de la Universidad USSEIN de Senegal – Fatou Ndoye, Nana Juliette Tagawende, Fatou Ndiaye, Khoudia Niang y Fatimata Ndiaye- y cinco doctorandas de diferentes universidades senegalesas -Mbeugué Thiam, Marie Claver Ndébane Ngom, Absa Diakhate, Gnima Sagna y Olouwafêmi Mistourath Mama.
Todas ellas han mostrado su satisfacción e ilusión por poder formar parte de este programa y así lo ha hecho también la presidenta de Mujeres por África, que ha dicho ser muy consciente de las dificultades que la pandemia de Covid-19 ha creado a las investigadoras, privándolas de sus espacios y medios de trabajo, pero también de la fuerza, tesón y compromiso de estas científicas con sus tareas y con la sociedad.
María Teresa Fernández de la Vega se ha mostrado convencida de que todas ellas van a contribuir a crear un nuevo concepto de agricultura que, además de ser sostenible, ayudará a minimizar el impacto de la pandemia sobre la seguridad alimentaria y nutricional de Senegal y en general de África.
Y, efectivamente, las participantes en el proyecto han demostrado a lo largo de la reunión que todas ellas están volcadas en el diseño de proyectos destinados a mejorar la alimentación y asegurar la correcta nutrición de las personas, en especial en tiempos de coronavirus, pero con visión de futuro y de manera sostenible.
Se ha hablado de mejorar la productividad de las explotaciones agrarias, de crear alimentos especialmente nutritivos a partir de cereales, de aportar conocimiento a la economía rural, del cuidado de los grupos especialmente vulnerables al coronavirus, de la agricultura biológica, de aprovechar recursos locales olvidados, de la microbiología de la tierra, de la leche que obtienen las mujeres de Saint Louis y cómo ayudarlas a transformarla en otros productos…
Y por supuesto de la necesidad de contar con energía sostenible y con alimentos de producción local que puedan asegurar el suministro a los hogares africanos cuando, como es hoy el caso, se cierran las fronteras.
Objetivos loables y posibles que están en la base del programa F.U.E.R.T.E.S., como lo está también el refuerzo del liderazgo, la visibilidad y el prestigio de las investigadoras africanas y de la labor que vienen realizando en favor del desarrollo de su continente.
Un aspecto nada desdeñable de este proyecto con el que todas aspiramos también a que la Universidad no siga siendo, como ha dicho una de las investigadoras en la reunión, territorio masculino.