¡Hola! Mi nombre es Gemma, tengo 50 años y sí, soy una superviviente de cáncer de mama desde hace 7. He decidido escribir este relato porque, si contando mi experiencia personal, puedo ayudar a cualquier persona que esté pasando por la misma situación que pasé yo, pues entonces, estoy encantada de hacerlo.
Acababa de pasar una mala temporada porque el reciente fallecimiento de mi padre me había dejado un poco tocada emocionalmente. Todos los que me conocen dicen que soy una persona alegre, positiva, optimista y siempre sonriente; pero el 15 de octubre de 2015, el rumbo de mi vida cambiaría para siempre…
Ese día recibí una llamada de mi médico, una llamada que asusta mucho, una llamada que trastocaría mi vida en muchos aspectos. Me dijo: – Gemma, tienes cáncer- . Entonces, me senté en mi cama, sin derramar ni una sola lágrima y decidí que ya había pasado por cosas peores y que ese cáncer no iba a poder conmigo. Después vino lo peor: ¿cómo se lo digo a mis hijos? Así que saqué esa fuerza interior que todos tenemos reservada para ocasiones difíciles y lo hice, les dije que tenía cáncer, me gusta llamar a las cosas por su nombre. Les dije también que sería un año largo pero que todos juntos lo superaríamos, que la vida a veces pone baches en tu camino, pero los baches se saltan ¡y ya está!
Éste es mi mensaje porque tener cáncer no es un camino fácil, pero tampoco es una larga y dolorosa enfermedad como se piensa. No me gusta la carga negativa que conlleva la palabra “cáncer” hoy en día. Con el peso de esta palabra, parece que tienes que tener una actitud ya negativa desde el principio y no tiene por qué ser así. Hoy en día hay muchos avances en oncología y los tratamientos son personalizados y menos agresivos. La enfermedad ya no es lo que era hace unos años.
No es fácil romper con tu rutina diaria. No es fácil superar los efectos secundarios de los tratamientos. No es fácil mirarse al espejo…. ¿Sabéis cuál es la mejor medicina? ¡¡¡ ACTITUD POSITIVA!!! Saca lo bueno de todo lo que te está pasando, sé feliz, sonríe, ponte tu pañuelo, maquíllate y vete a la calle a disfrutar de la vida porque tienes muchas razones para hacerlo. Además, cuando terminas con todo el proceso, te das cuenta de que eres una persona más fuerte y con más ganas de vivir todavía. Dicen que después de una tormenta, las raíces son más fuertes…
Hay que ser positiva porque cada célula de nuestro cuerpo, reacciona a lo que dice nuestra mente. ¡No seáis negativas! De esto se sale. Por eso, quiero destacar la importancia de la detección precoz, así como el apoyo familiar, que todo aquél que tenga a alguien con cáncer en su entorno, le preste todo su apoyo, por favor.
Y ojalá las administraciones sigan prestando también todo su apoyo para investigación y nuevos tratamientos.
No quiero alargarme más, pero quiero terminar con una pregunta para todas esas luchadoras:
¿TÚ, QUÉ PREFIERES SER: VÍCTIMA O GUERRERA? ¡Yo ya he elegido!
Gemma Bravo Rincón